"Cuando tenía 20 años, no tenía vocación por la moda, tampoco acudí a ninguna escuela para formarme, yo no sabía a que me iba a dedicar, pero si tenía claro el tipo de mujer en la que me quería convertir: independiente, autónoma..." - DvF

Una de las maravillas de este trabajo, es encontrarme día a día con la historia a través de prendas de vestir. A través de los rastros humanos que quedan en la ropa, es posible rastrear momentos de la historia, personajes, marcas, tipos de textiles, etc. 

Hace algún tiempo, he ido notando como ciertas etiquetas se repiten, y a medida que esto ocurre, voy indagando un poco sobre la historia de la marca, las personas y diseñadores detrás de ella y la importancia que pudo tener en su contexto histórico. 

Es así como hace algún tiempo, se empezó a repetir bastante la marca Diane Von Fürstenberg. 
Me llamó la atención principalmente por la composición del nombre, y que siempre que la encontraba los diseños eran muy peculiares. 

Sentí que tenía que indagar un poco más, y mi grata sorpresa fue encontrarme con una mujer power, que creó uno de las prendas icono del feminismo en los 70's.

Diane Von Fürstenberg, es una diseñadora belga-estadounidense, hija de judíos sobrevivientes al holocausto.
El rol de su madre, sobreviviente de Auschwitz, es quien juega un papel fundamental en la formación de su carácter tenaz, confianza, autoestima y enorme positivismo. 

A pesar de encontrarse en una posición de privilegio, donde tuvo acceso a buena educación, ella siempre quiso algo más. Su posición social, le permitió conocer y enamorarse del príncipe alemán Egon Von Fürstenberg, de quien toma su apellido al casarse. 

Diane y Egon, año 1970

Diane no quiso ser solamente su mujer: "En el minuto en el que supe que sería la mujer de Egon, decidí comenzar una carrera. Quería ser alguien con aspiraciones y no solo una chica cualquiera que se casa con un príncipe."

Su matrimonio, corto y fugaz, pero finalizado en muy buenos términos, le permitió tener los contactos necesarios para convertirse en la mujer empresaria que es actualmente. 

Su éxito en la industria de la moda fue principalmente por la posibilidad de vivir en Nueva York durante los años 70's, ciudad a la que llegó siguiendo a su marido, con una maleta de vestidos que había confeccionado en su estadía en Italia aprendiendo de Angelo Ferretti, manufacturero textil que trabajaba confeccionando tejidos para Gucci y Ferragamo. 

Su camino comenzó literalmente ofreciendo sus vestidos puerta a puerta, como una vendedora ambulante. Obviamente considerando su posición social, y lo que esto significaba en ese entonces. Lo que más rescato de su historia es el no haberse dado por vencida cuando muchos le decían que no. 

Después de muchos NO vino un SI, y nada menos que de la directora de Vogue, Diana Vreeland, quien le permitió mostrar los vestidos en la revista y así comenzar su carrera en la industria estadounidense. 

Su máxima creación es el Wrap Dress, o vestido envolvente. Prenda de vestir que al no tener botones, ni cierres, le entregó una nueva forma de libertad a las mujeres de los años 70's. Es una prenda versátil, cómoda y sexy que se puede usar en la oficina o en una fiesta.

Diane lo define como la prenda para la mujer moderna, que lo quiere todo. 

Su éxito en la sociedad norteamericana fue tan grande, que para 1976 ya se habían vendido más de cinco millones de vestidos, con una producción de casi veinte mil vestidos a la semana desde Italia. 

En su biografía Diane comenta: "su éxito me ayudó a pagar las facturas y la educación de mis hijos, permitió que me hiciera un nombre en el mundo de la moda, literalmente me dio poder e independencia."

Personalmente, es un gusto encontrarme con estos pedazos de historia dentro de prendas de vestir. Me parece importante investigar y conocer que significan las marcas que vestimos, y recuperar el sentido que tiene la moda y la ropa, más allá de las tendencias. 

Recordemos que la ropa debe hacernos sentir así, poderosas, imparables, independientes.